Hay tantas cosas que no he aprendido a reconocer en mí día a día que terminan pasándome las facturas...
Tenemos energías masculinas y femeninas en nosotros, siempre me he sentido no tan en comunión con mi energía femenina. Tal vez en alguna otra vida no la respeté, la menosprecié o me hizo mucho daño y por eso vine en un cuerpo de mujer pero con más energía masculina.
No quiero decir que quisiera haber nacido hombre. Todos tenemos en nosotros ambas energías, alguna más predominante que otra, la idea es balancearlas para así estar en armonía.
Estos días he sentido presente mucho más mi energía masculina, así que no me permite expresarme completamente a través de mi energía femenina... que siendo sincera, en estos días me es sumamente necesaria.
La energía femenina es la energía receptiva, y vaya que necesito abrirme a recibir, pero mi energía masculina predominante (activa, agresiva, dadora) me cierra a recibir y me quiere obligar a dar. No estoy en momentos en los que "dar" sea buena idea, siento que ahora mismo debería recibir todo, pasar por el cernidor y quedarme con lo que realmente necesito.
El primer paso siento que es reconocerla, sé que mi energía masculina me ha ayudado mucho a sobrellevar gran parte de mis momentos difíciles. Estuvo allí cuando estaba embarazada, estuvo allí cuando decidí abortar, estuvo allí cuando tomé por última vez las manos de Wil...
Honrarla y agradecerle es mi deber. Así que gracias! porque yo y todo lo que engloba mi vida, mis aciertos y mis fracasos son resultado de ambas partes de mi. Todas necesarias e importantes.
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