Somos tierra fértil

 Somos un campo abonado listo para tener vida creciendo... 

Las palabras y pensamientos que salen de nosotros son semillas listas para ser sembradas.

A veces pienso en mi como un campo abonado, pienso en lo que digo de mi, lo que pienso de mi y lo que recibo de otras personas, como semillas listas para ser sembradas... pero realmente quiero que esas semillas terminen teniendo vida en mi? habitando-me?

Cuando alguien te dice algo que te lastima o dice algo con la intención de hacerte daño, al final está en ti si quieres aceptar esa semilla para plantarla en ti sabiendo que crecerá maleza... o simplemente no dejar que te habite.

Pasa algo parecido con los buenos comentarios o halagos... si bien son semilla bonita que podría hacer crecer la flor o planta que más te guste, al final necesita cuidado, necesita constancia en el regado y si alguna vez escasea el agua, terminará marchitándose y morirá, al final tendrás rastros de un cadáver en ti.

Más difícil que rechazar malos comentarios hacia ti, es rechazar los buenos comentarios... porque el ego nos hace quererlos más, querer tenerlos siempre... pero cuando terminan nos sentimos como un cementerio, lleno de cadáveres y con una peste que podría haberse evitado.

Siento que solo debemos dejarnos sembrar a nosotros mismos, mis comentarios, mis pensamientos sobre mi misma deben ser la semilla que habite en mi, debo tener cuidado también? Claro que si, porque a veces somos muy duros con nosotros mismos y terminamos sembrándonos maleza y la regamos a diario, la dejamos crecer y hasta la cuidamos... tiempo después vemos que somos tierra fértil habitada por maleza que no deja crecer las demás plantas que queremos que nos habiten.