Desde hace ya mucho tiempo que despierto en plena madrugada y no consigo dormir de nuevo, tal vez es porque agarro el celular y me quedo leyendo, leyendo (*ojala leyera libros, leo tweets, estados en fb, publicaciones en G+, etc*).
Esta madrugada recordé la comodidad que puedes llegar a sentir conversando con alguien.
Hace ya mucho tiempo que no tengo una plática con alguien que me inspire tanta confianza.
Mi nuevo comienzo ha traído nuevas personas a mi vida, nuevas aventuras, nuevas sonrisas… Pero hoy recordé que hay sonrisas tan tontas que había olvidado que me encantaban.
Este post no tiene un tinte romántico, tiene más bien un tinte “atractivo”, esa atracción que sientes hacia una mente, hacia una persona que te deja ser un poquito “loca, inteligente, sexy, ingeniosa, graciosa, pervertida y así…” aunque no está demás decir que también me deja ser frágil.
Hay personas con las que te topas en la vida, te conocieron de cierta manera, te definieron por ese momento, como bien se dice: No hay una segunda oportunidad para la primera impresión que tienen de ti, y últimamente me he enjaulado en cierto tipo de comportamiento, que hace que me frene cuando quiero sacar todos los lados que engloba mi persona.
Les ha pasado?
Ejemplo: Te conocen saliendo de un museo un día cualquiera. Te tildan de?... o tal vez piensan que haces solo ese tipo de cosas “divertidas”, y así…
Esta madrugada me sentí tan cómoda hablando con alguien del pasado, haciendo chistes, y me di cuenta por fin, que aunque últimamente me he sentido tan “superficial”, no soy solo eso.
Y hoy me he declarado nuevamente amante de las mentes ingeniosas, aunque… un buen cuerpo de vez en cuando no es malo mirar.
Desde aquí, Mariela rumbo a los treinta nuevamente!
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