Para aquel amor que me enseñó a amar

Aquella noche en la cual me dijiste "ya no te quiero" fue el  final de un “nosotros” y también fue el principio de una relación que duraría toda la vida.

Tuve miedo por días, no conseguía mirarme al espejo, el solo ver el reflejo de alguien que ya no inspiraba "amor" en ti… me dolía.

No entendía que estaba a punto de terminar de formar mí ser, de fortalecer mi espíritu y convertirme en aquella mujer de la cual estoy orgullosa ser.

La primera noche fue desastrosa, no podía dejar de llorar, abrazaba a mi almohada hasta casi asfixiarla...

Las sombras de las noches me abrazaron, me envolvieron con toda su oscuridad y casi, casi me quedo atrapada en ellas.

No entendía porque dejaste de quererme, buscaba en mi hasta la más mínima imperfección para darte la razón, me lastimaba, me menospreciaba y me repetía: "cuan insignificante eres".

Al principio te di siempre la razón, al principio mi corazón no podía echarle la culpa de todo aquello a nadie más que a mí, y eso devastaba mi alma.

Para mi tú eras perfecto, eras la clase de chico que hace que una chica se sienta afortunada... Me obligaba a verte como la luz en mi vida, pero y a pesar de eso "no puedes ser tú el culpable de todo lo que pasó".

Yo te quise más de lo que me quería... Y allí estuvo el principio del fin.

Dejé de ver luz en mí por estar mirando tú luz, solo me centré en ti y dejé de mirarme, de cuidarme, de amarme...

Pero debía dejar de envolverme en mi miseria, en mi dolor… De a poco agarré valor para verme al espejo, para mirar el vacío que llenaba mi ser... Para aceptar mis errores...

Pude quedarme allí, lamentándome, maldiciéndote, queriendo hacerte la vida miserable... Pero en vez de eso pude por fin recordar que solía brillar por mi cuenta y decidí solo quedarme con los recuerdos lindos de aquella relación que me llenó de experiencias, aprendizaje y sobre todo "fuerza".

Pude haberme convertido en  aquella mujer que culpa de todo a la otra persona, pude querer tener más relaciones y hacerme la víctima... Pero entendí que solo quiero ser una mujer que deje amor por donde camine.

Entendí que por poco me vuelvo caprichosa, insensible y desequilibrada...

En algún momento solo quería hacerte sentir el peso de tus palabras, de tú abandono, de tú engaño...

Quería que tú adivinaras mis deseos, mi sentir... Y que mágicamente los solucionaras....

Creía tontamente que por ser mi novio tenías que soportar mis berrinches y mi inmadurez... Y confundí lo que significa "cuidar de una relación" con "cuidar de una niña", y fue al darme cuenta de aquello que quise crecer, quise brillar y acepte mis culpas y pude avanzar de aquel amor inconcluso.

Tal vez creerás que esta es una carta en la que te echaré la culpa de todo, o en la que te diré victoriosamente que "GANÉ", que te olvidé y ahora soy mejor.

Tal vez creerás que hablaré de cuan segura estoy de que "amé al equivocado", o de que "fui la mejor persona que pude ser" en nuestra relación, pero no, me limitaré a decir que te amé, me amaste y con aquella relación aprendí bastante y que con tu "adiós" pude iniciar una relación conmigo misma, una relación que durará toda la vida.

Solo te diré que fui la persona que pude ser, que solo me esforcé a veces y que por mucho tiempo solo vi en una sola dirección, que cometí errores, pero ellos ya cumplieron su propósito y que no puedo culparte de nada, pues tu sabes bien de que eres culpable, y de que no.

Gracias a algunos golpes aprendemos a cuidarnos, aprendemos a ser precavidos... Pero no debemos llenarnos de miedo y decir "ahora soy fría porque antes era diferente y no lo valoraron", debemos aprender a ser quienes somos hasta después del paso de alguien por nuestras vidas, solo absorber el aprendizaje que nos llene de crecimiento espiritual y crecimiento personal.

Debemos aprender a aceptar nuestros errores y aceptar que los otros también tienen derecho a equivocarse... Debemos de aceptar que somos de carne y hueso, que sentimos dolor, que sentimos inseguridad y miedo...pero y a pesar de eso, podemos aprender de ello y "AVANZAR", avanzar sin olvidar que debemos llenar nuestra vida de amor y ser “AMOR” en cada momento...

Esta es una carta a ti… a quien ame y quien me enseño bastante, a ti a quien casi no pude olvidar… a ti a quien atormenté por un corto periodo de tiempo… es un “Gracias” por aguantar tantito mi locura, mis berrinches y mi falta de seguridad.

Hay amores que nos enseñan por su intensidad a ser mejores parejas para quien viene después… Esos amores son aquellos inolvidables… pues marcan en nosotros una línea y de tomar el lado positivo de aquella relación… podemos llegar a ser mejores personas para no perder nunca más a alguien muy importante en nuestras vidas.