Sé que me lees ahora, después de escribirte aquí por años… ahora que ya no estoy junto a ti has decidido venir a este espacio que desde algún momento lo describí como tuyo, para hojear página tras página y entender un poquito de la inmensidad del sentimiento que albergue hacia ti. 
Intento no hablarte, no responderte, evitarte… porque no quiero dañarte, no quiero torcer ni un poquito el camino que tú has elegido, no quiero ser culpable de nada que decidas de ahora en adelante, por eso me abstengo a ti.
Después de muchos años entendí que realmente eras un vicio para mí, porque solo sabía darte todo, sin esperar nada, regalarte sonrisas para luego recibir lágrimas.
Tu amor siempre fue hermoso, pero luego venía una resaca profunda y larga… dolías, lastimabas y me dejabas sin ganas de nada, recostada, ocultando mis ojos de la luz, escondiéndome en las tinieblas.
No digo que no fuiste algo hermoso en mi vida, pero también viniste acompañado de algo muy doloroso. Dentro tuyo sabías que esto no sería para siempre, y yo me hacía a la tonta aferrándome a la promesa que te hice de no dejarte solo, sé que no me dañaste a propósito, sé que soy responsable de este dolor, tanto como lo eres tú.
Muchas veces me pediste que me aleje, que me vaya, fueron segundos en que la lucidez de tu amor hablo directamente desde el corazón, pero mi corazón decidió no escuchar, decidió mantener la promesa que te hice, y si las circunstancias fueran otras… sabes que estaría al lado tuyo aun, peleando batallas, haciéndote fuerte.
Nunca viví un amor tan completo, tan maduro… dicen que cuando eres niño eres feliz, pero al crecer debes madurar… con la madurez conocemos y entendemos el dolor… tú fuiste mi madurez, tu sin darte cuenta viniste a darle un camino a mi vida, porque así no parezca, antes de ti, vivía un vacío, sonreía solo por fuera, vivía de recuerdos y de imágenes creadas por mí, que parecían imposibles… improbables…
No fuiste un amor equivocado, nunca serias mi amor “equivocado”, fuiste la persona que vino a enseñarme a ser fuerte, a mantener mis promesas, a tomar decisiones y luchar por que se cumplan.
Muchos dirán que no debí escribir esto, que es deprimente e insensato… pero necesito que quede claro mi postura, mi visión, las razones de mis decisiones.
No estoy borracha de alcohol, estoy borracha de sentimientos, y estas palabras son totalmente ciertas, todo lo que estás leyendo, son palabras escritas con sinceridad.
Sé que no estás de acuerdo con muchas de las decisiones que tome, y realmente me agrada que refutes alguna de ellas, pero también sé que dentro de ti entiendes bien mis razones, y sé que algún día me las agradecerás.
No te odio, así lo pienses, escribas y digas a medio mundo que nos conocieron, no te odio ni te odiare jamás, no te haré culpable de nada, entiendo y acepto mi culpa, yo te elegí para amarte, yo decidí entregarme en cuerpo y alma… y aunque separar los cuerpos es fácil, aun siento que tienes un poquito de mi esencia junto a ti, pero de a poco desaparecerá de tu lado, y por fin podrás pensar y tomar decisiones desapegadas del amor que sientes hacia mí, y que nubla tu cabeza.
Sé que quieres odiarme, te sería más fácil lidiar con eso, verdad? Pero también sé que sabes que no podrás, me culparas de habernos separado, pero sabes que la responsabilidad de mantenernos juntos no era solo mía, sabes muy en el fondo que esto fue 50 y 50… y que por mucho tiempo di más de lo que me tocaba.
Algunas personas creen que fuiste lo peor que me paso en la vida, que fuiste mi peor error, y aunque bromeo a veces con comentarios que escucho o leo… se bien cuál es mi postura, y sé que la conoces.
No cambiaría nada, no cambiaría ni una de las decisiones que me llevaron a ser parte de tu vida y a traerte a compartir la mía, desde aquella tarde en que te vi por primera vez, hasta la última vez que te vi ya estando separados… cada mirada se ha quedado guardada en mi corazón, en un rincón que me he prometido no abrir nunca más.
Como querer cambiar algunas de mis decisiones, si me diste lo más hermoso que tengo en la vida, lo mejor de ti se quedó plasmado en esta pequeña que tengo al lado… el fruto de un amor sincero, maduro y hermoso.
De no haberte conocido no sería lo fuerte que sé que soy ahora, por eso debo agradecerte.
Y por último, debo pedirte disculpas si con este comportamiento “No me importa tu vida, ni lo que digas de mi” te he ofendido o has entendido que me arrepiento de lo que vivimos, nunca será esa mi intensión, solo quiero que sigas adelante, de la misma manera que yo lo estoy haciendo, y estas equivocado si vas a medir la magnitud del amor que sentí con respecto a la determinación que tengo para olvidarte y seguir adelante, pues este camino que tome es mucho más complicado que el que tu tomaste al no querer sacarme de tu corazón…
Pues es fácil permanecer enamorada y atada al recuerdo de alguien, pero poco a poco dejas de vivir, dejas de sonreír y te hundes… Y yo, no puedo permitir hundirme, pues a mi lado esta una pequeña que merece la mejor madre que puedo ser… así que tuve que elegir el camino difícil…
“No llorar, distraerme, no irme de farra solo para callar el dolor, llenarme de trabajo, centrarme en mi pequeña… y hacerla sonreír siempre! Evitar pensar en ti y ponerme triste por eso. De esa manera pase el primer semestre sin ti, hubieron días negros, claro que si… pero no podía andar publicándolo en todas las redes sociales, no podía permitirme ser el “hazme reír” del momento, tanto así que casi nadie supo que nos separamos hasta después de los 6 meses.
Soy Mamá, y acepto esa responsabilidad, por eso incluso evite hacer comentarios despechados, de dolor o de olvido… Los días negros los aguante hasta que la noche llego y pude encerrarme en mi habitación, después de hacer que Ariadne duerma, y lloré, lloré mucho, mucho más de lo que puedas imaginarte… recordé cosas, te recordé, te extrañe y te necesite, tus manos, tus brazos rodeándome, el beso que me dabas antes de dormir, los chistes que hacíamos, tus enojos porque yo elegía la película que íbamos a ver y me quedaba dormida… lloré mucho, pero tuve que dejar de hacerlo, pues Ariadne se levanta a pedir su fórmula… y tuve que secarme las lágrimas y seguir con el papel que tengo ahora en la vida “Ser mamá”. No es fácil olvidar a alguien y seguir adelante, así que no creas que mientras tú me curabas con fiestas… yo me divertía a montones. ”
PD. Si alguien te pregunta la razón por la cual nos separamos… si bien no puedes contarle cual fue… al menos quédate callado… No fui mala contigo nunca, y lo sabes, ni cuando me conociste siendo muy joven… ni cuando me dejaste plantada y enamorada de ti… y mucho menos después cuando te acepte y te entregue años de mi vida para llenarte de felicidad… No me defenderé cuando hables mal de mí, de hecho, puede hasta que bromee y me haga autobullying… pero por dentro, la imagen que conservo de ti, se ira borrando de a poco.
Y como siempre te he dicho... lo que tiene que ser, sera. Así me resista.
Hola Marielita. Aquí después de un buen tiempito.
ResponderEliminarPrimero que nada, felicitaciones por tu post número 300. Se lo que es llegar a esos números redondos, en mi caso, ya pasé los 1200.
Sobre el tema del post, lo importante es sentirse con la conciencia tranquila de que uno dio el mejor esfuerzo para sacar adelante una relación. Si no se dio, es porque no estaba destinado a serlo. Nada es casualidad en esta vida. Como bien dices, lo más importante ahora y que es el centro de tu vida, es tu bella hijita. Y ella necesita tener a su madre al 100 %, no en una versión incompleta.
Marielita linda, siempre es muy grato estar en contacto contigo. Cuídate mucho y no perdamos el contacto.
Te mando un beso grande y un abrazo gigante. Te quiero mucho.
LUCHO